10 cosas que aprendí viviendo 10 años fuera de Colombia 🇨🇴

Lilicitus
6 min readOct 29, 2020

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  1. Siempre poner todo en manos de Dios: Desde la idea misma de viajar hasta la ejecución. Pidiéndole siempre sabiduría, buenas personas y puertas abiertas. Su dirección, su protección y su luz. La capacidad de sobreponerme a los momentos difíciles. La tenacidad para perseverar. La inteligencia para saber ver y aprovechar las oportunidades. El discernimiento para saber identificar qué me convenía y qué no. La alegría para hacer del viaje la experiencia más memorable, la paciencia para esperar con confianza y la humildad para siempre estar dispuesta a seguir aprendiendo y luchando sin cesar. Y lo más importante, saber que Él siempre obra lo mejor si uno se encomienda en sus manos 🙏🏻
  2. Decidir dejar la zona de confort. Dejar nuestra comodidad del momento, lo que nos da “seguridad” es una decisión importante y súper determinante. Dejamos lo que tenemos por apostar a lo incierto. Es un acto de muchísima valentía y coraje. Recuerdo que mis premisas fueron: 1. Soy joven y tengo salud, 2. Tengo más para ganar que para perder, 3. Lo peor que puede pasar es que no funcione: En ese caso, me regreso y listo. También pensaba si no lo hago ahora, ¿entonces cuándo? Y así decidí alzar vuelo y escribir un nuevo capítulo en mi vida. Y aquí estoy contando la historia 😃
  3. Desarraigo: Es una sensación de vacío, tristeza y nostalgia que permanece a pesar del tiempo. Puede variar su intensidad, pero siempre está presente. Dejamos de “pertenecer” a un lugar. Somos un pájaro errante lejos de su lugar natal (Proverbios 27:8). Y al final pasamos a estar en un limbo porque no pertenecemos ni aquí ni allá. Nuestros afectos de familia están en nuestro país de origen y también en la nueva vida que hemos construido en los países que nos han recibido. Es un sentimiento que permanece vivo a pesar de los años, porque naturalmente siempre buscamos nuestras raíces 🎒
  4. Ganas de luchar, ganas de volver… Es una dualidad permanente. Diría que más acentuada en los primeros años. Mantenemos ese deseo de regresar, pero también de seguir luchando por lo que estamos construyendo. Hay añoranza por lo que dejemos y también ganas de apostarle a esa nueva vida que anhelamos. Tenemos el corazón dividido y sentimientos encontrados. Estamos mediando todo el tiempo entre lo que sentimos y lo que nos dice nuestra razón: ¡Hay que seguir! 💪🏼
  5. Adaptación y flexibilidad. Ha sido una premisa fundamental en estos años. Si queremos un cambio, tenemos que estar dispuestos a adaptarnos. Es muy importante tener la mente abierta, porque de lo contrario no vamos a encontrar lugar ni acomodo. Es algo que trasciende nuestros valores y principios, es lo que tiene que ver con el código y las formas que se manejan en cada lugar. Es la disposición a aprender, a ganarnos un lugar. No es un esfuerzo en vano por encajar, no es tampoco dejar de ser quienes somos, sino adaptarnos a los patrones culturales para lograr integrarnos lo mejor posible 🤸🏼‍♀️
  6. La familia lo más importante. La familia es nuestro polo a tierra, nuestra recarga, donde nos sentimos amados y protegidos. Cada reencuentro con ellos es una caricia para el alma, nos reconforta y nos llena de motivos para continuar. Recuerdo las llamadas con tarjeta que hacía en mis primeros meses de estadía en Buenos Aires, la angustia porque ya se acababan los minutos... Esas ganas de llorar contenidas para no dejar preocupada a mi mamá. La videollamadas por Skype y las que vinieron después por WhatsApp. Gracias a mi mamá y a mis hermanos por su invaluable apoyo, fueron y son mi columna vertebral 🙌🏼
  7. Unos amigos se fueron y otros llegaron. El tiempo es un depurador natural. Con el tiempo me volví mucho más selectiva. El transcurrir de los años me hizo ver con más sabiduría y objetividad algunas relaciones de amistad. Algunos que se convirtieron en amigos circunstanciales por la universidad, un trabajo o por el gimnasio, se mantuvieron y otros no. Durante este tiempo fuera de Colombia, he conocido personas maravillosas que han sumado mucho amor, aprendizaje y crecimiento a mi vida. Y también he conocido otras personas que no tanto y a quienes les he cerrado la puerta de mi vida rápidamente ✔❌️
  8. Explorarnos en nuevas facetas. En un lugar nuevo y muchas veces frente a la necesidad, la creatividad y recursividad se despliegan. Yo por ejemplo llegué a trabajar a una multinacional de turismo en un cargo súper técnico, por lo que tuve por partida triple el cambio: Cambio de país, de industria y de rol. Y eso me hizo autoexigirme, acelerar mi proceso de aprendizaje (aunque a veces sentía abrumada con tanta información y responsabilidad) y lograr dar la talla. A lo que tuve que sumarle tener que aprender portugués básico para poderme comunicar con la oficina en São Paulo de la compañía. Experiencia que agradezco, porque en otras condiciones seguramente no hubiera aprendido tanto como lo hice 🤓
  9. Viajar nos permite ver en perspectiva lo bueno y lo malo de nuestro país. Solo cuando tenemos la oportunidad de vivir en el exterior logramos valorar aún más todo lo maravilloso que nos brinda nuestra tierra y también ver lo malo. Particularmente valoro la calidez de la gente, la verraquera, la enorme capacidad de trabajo. Me duele el alma cuando voy de visita y veo las mismas calles rotas, la falta de progreso. Sin embargo, sé que no depende de mi y oro para que vengan tiempos mejores, en los que hayan además de calles pavimentadas, oportunidades de trabajo con remuneraciones justas, que le permitan a la gente tener un nivel de vida digno y acceder a mejores posibilidades 🤔
  10. El viaje más importante el que logré hacer hacia adentro. Porque me conocí estando sola y me probé en situaciones incómodas. Yo viajé con una reserva de dinero para vivir 3 meses en Buenos Aires. Viajé con lo justo respecto del presupuesto, sin recomendaciones ni puestos de trabajo garantizados. Llegué a buscar, a crear las oportunidades. Y eso me hizo ver de qué estaba hecha porque logré mi cometido. Dios me permitió hacer mis papeles para trabajar legal y conseguir un muy buen trabajo. Más allá del miedo, de la duda e incertidumbre que todos pasamos cuando nos aventuramos. Eso me ha hecho más humana y más compasiva conmigo misma y con los demás, porque solo cuando uno vive las experiencias en primera persona comprende en magnitud lo que significan 💫

Como conclusión de esta década les puedo decir que me siento agradecida y afortunada por las experiencias de todos estos años, por los momentos gratos y por los difíciles, por las alegrías y tristezas que he tenido; por la búsqueda constante a nivel espiritual que me ha llevado a comprender que todo tiene un propósito, y que hoy me ayuda a tomarme la vida con más calma y aceptación, y a entender que la felicidad no es estar todo el tiempo contento, sino en paz. Que lo más importante es el amor, la conexión con nosotros mismos, y anteponer ante cualquier situación nuestra dignidad. Ya a estas alturas identifico qué me hace bien y qué no, y no estoy dispuesta a dedicar tiempo o energía a lo que no me hace bien. Hoy le agradezco a Dios y a la vida por la bendición de disfrutar un abanico de posibilidades, fruto de mi convicción, trabajo y persistencia. Han habido nervios, llanto, risas, pérdidas y ganancias, y todas han valido la pena. También he comprendido que es un camino único el que cada uno recorre, no más o menos importante, sino el que cada uno vino a transitar, sin comparaciones ni competencias. Honremos nuestros procesos y vivamos a plenitud nuestro aquí y ahora.

Muchas gracias por leer este post! Si te gustó o sientes que te sirvió para reflexionar, déjame un clap👏🏼 Y te invito a que me sigas por aquí o por Instagram en @lilicitus_blog, para que te enteres de las próximas publicaciones. Hasta la próxima!

Bendiciones para ti! 🙏🏻

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Written by Lilicitus

Me apasiona escribir sobre valores humanos y espiritualidad. A través de reflexiones y anécdotas, busco inspirar, aportar perspectivas y conectar con el corazón

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