Se sigue sintiendo tu ausencia a pesar del tiempo. Si bien han transcurrido 20 años, el sentimiento de nostalgia y de vacío sigue ahí. Ha pasado el tiempo, hemos crecido y en ese proceso nos han acompañado tu recuerdo y tus enseñanzas. Sabemos que nos acompañas espiritualmente, pero no dejamos de pensar cómo sería nuestra vida si estuvieras físicamente con nosotros. La sensación de protección y de respaldo como figura paternal, verte al lado de mi mamá en su faceta de abuelos, ver cómo serías con tus nietos. Te imagino en tu curiosidad habitual, siendo “cacharrero”, rodeado de perros. Haciéndote amigo de desconocidos, tendiendo la mano generosamente. Anotando frases en tu agenda, haciendo formulaciones nuevas. Con tu jean y tus “apaches” de siempre. Preparando tus famosos y deliciosos huevos con atún, o tus sandwiches de sardinas.
Eres una semilla que echó raíces. Tu ejemplo de trabajo, tu perseverancia, tu nobleza. Nos diste junto con mi mamá un gran ejemplo de vida de matrimonio: De amor, paciencia, perdón, lucha diaria. Valores que nos inculcaste y que hoy hacen parte de nosotros como hijos. Nos sentimos orgullosos y agradecidos por los años que Dios nos regaló a tu lado. Tu recuerdo nos llena de fuerza para seguir adelante, con tu ejemplo nos demostraste que vale la pena hacer las cosas bien. Nunca vi en ti malicia, eras y dabas lo que te nacía. No emitías juicios, eras siempre muy respetuoso y prudente. Y en tu sabiduría sabías, que todo al final lo determina el tiempo. Se me llena el corazón de alegría cada vez que recuerdo los momentos que compartimos en familia, los viajes a Girardot, los paseos a la quebrada. Cuando íbamos a comer arepa o llegabas un con súper mercado en quincena. Tu cara de satisfacción era tremenda.
Nos enseñaste un estilo de vida simple. Tu sencillez, tu practicidad. Solías decir “el hábito no hace al monje”. No te preocupaba la pinta, ni el glamour ni la etiqueta, decías que había que enfocarse en lo importante. Eras lo que eras. Un hombre sencillo, genuino, auténtico. Generoso con el conocimiento, dispuesto siempre a servir. Desapegado de lo material. Un hombre honesto, trabajador, comprometido con llevar sus sueños adelante. Caracterizado por tu tranquilidad, humildad y gran sensibilidad. Amante de los animales, imán de ellos. En nuestra casa hacían nido pájaros, llegaban gaticos bebé y de todos estabas pendiente. Humano, nunca ajeno al sufrimiento o a las necesidades de los demás. Siempre recursivo, te las arreglabas para solucionar las cosas con lo que había. Siempre con una sonrisa y con tus chiclets de cardamomo.
Como dice mi hermana Diana, tu recuerdo será eterno.
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