A veces las cosas no son como queremos 😤

Lilicitus
3 min readNov 18, 2020

--

Cuando las cosas no se dan como queremos, nos causan enojo, frustración e incluso tristeza. Sin embargo, por mucho que nos moleste hay situaciones en la vida que no podemos cambiar. No nos queda otro camino que la aceptación. Lo que sí está a nuestro alcance es buscar formas de adaptarnos a aquello que no nos gusta. Y en ese proceso, incómodo por naturaleza, nos vemos en la necesidad de encontrar alternativas. Ser flexibles nos ayuda a ver opciones, a buscar soluciones. A encontrar en medio de lo que no se da como queremos, aprendizajes para nuestro crecimiento. Si bien en la vida siempre estaremos lidiando con situaciones que no se dan como esperamos, no significa que no podamos y estemos en la capacidad de manejarlas, y lograr acomodarnos a ellas sin rabia ni irritación.

No permitir que crezca el enojo. El enojo y la lamentación solo traen más de lo mismo. Cada uno tiene su estilo y sus herramientas para manejar los disgustos. Generalmente bajo el efecto del enojo, nos sentimos descontrolados. Queremos dar rienda suelta a la ira que nos provoca la frustración, por no tener las cosas bajo control u obtener lo que esperábamos. Estallamos porque una expectativa no se cumplió y comenzamos a entretejer toda una telenovela de insatisfacción e injusticia. Nos sentimos víctimas. El mejor antídoto para manejar el enfado es respirar. Con la respiración viene la calma, que nos ayuda a apaciguarnos mentalmente y nos ayuda a desacelerar el frenesí de la molestia. El enojo nubla la mirada, nos bloquea y nos desgasta. Si bien es un estado emocional natural, de nosotros depende saber manejar su intensidad.

Tolerancia a la frustración. A veces idealizamos demasiado las cosas o las personas, que no les damos margen de error. Si algo no sale según esperamos o nos imaginamos, nos da cólera y exasperación. Y el tema aquí es que nada está bajo nuestro control, solamente la forma como nos tomamos las cosas que nos pasan. La vida es impredecible y las personas lo somos también. Somos humanos, estamos todo el tiempo afectados por nuestro entorno. Puede que hoy tengamos mucho ánimo y alegría, y mañana no tanto, es parte de la dinámica natural de la existencia. Mantenernos sosegados en medio de un momento difícil, sea guardando silencio, disimulando una ofensa ó confrontando una molestia a través del diálogo, nos ayuda a no empoderar el enojo, sino a debilitarlo y a aprender a canalizarlo. La frustración no es mala, lo malo es no trabajarla.

La humildad es la respuesta. Una reacción calmada, el reconocer que tal vez pudimos habernos equivocado, nos lleva a tomar las situaciones difíciles e inesperadas con más serenidad y sabiduría. Si bien no es tarea fácil, es un desafío que vale la pena tomar. Cuando nuestra respuesta a una situación que no se da como queremos es alboroto y arrebato, terminamos haciendo y diciendo cosas de las cuales nos arrepentimos después. Si por el contrario tenemos el dominio propio para controlarnos y mantenernos en calma, el panorama cambia. La calma nos permite ver las cosas no desde el ego herido, sino desde la humildad. Nos ayuda a no darle una trascendencia exagerada a las cosas. A tomar el aprendizaje y a continuar, sin quedarnos enganchados. La humildad habla de nuestra grandeza. El más fuerte no es el que grita más alto, sino el que tiene control de sí mismo.

Muchas gracias por leer este post! Si te gustó o sientes que te sirvió para reflexionar, déjame un clap👏🏼 Y te invito a que me sigas por aquí o por Instagram en @lilicitus_blog, para que te enteres de las próximas publicaciones. Hasta pronto!

Bendiciones para ti!

--

--

Lilicitus
Lilicitus

Written by Lilicitus

Me apasiona escribir sobre valores humanos y espiritualidad. A través de reflexiones y anécdotas, busco inspirar, aportar perspectivas y conectar con el corazón

No responses yet