Aprender a pagar el precio 🍒

Lilicitus
3 min readFeb 3, 2021

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Nada es gratis. Como dice el refrán: “El que quiere marrones, aguanta tirones”. Suponemos que con solo soñar basta y no es así. Materializar lo que queremos implica muchísimo trabajo, esfuerzo y determinación. Hacer las cosas a pesar del miedo y de la pereza, para ver nuestros sueños florecer. Puede que lograr lo que queremos lleve más del tiempo que pensamos, implique superar muchos obstáculos y lidiar con muchas frustraciones. Nada ocurre por emanación espontánea. Todo es resultado de ponernos manos a la obra. Algunas veces habrá dudas, desánimo y ganas de dejar todo tirado, y otras de todo lo contrario. Tendremos claridad y ganas de seguir adelante con fuerzas renovadas. En el camino tendremos que confrontar nuestro miedo al fracaso y al que dirán, lidiar con nuestros momentos de caos. Si somos conscientes que todo lo bueno cuesta y que conlleva tiempo lograr sacarlo adelante, aprenderemos a disfrutar más del camino sin tanta amargura e impaciencia.

Pagar el precio. Cada uno paga un precio diferente. Para unos el precio es la espera, para otros la soledad, para otros el rechazo. Hay un abanico de posibles precios a pagar, de acuerdo a lo que cada uno quiere lograr. Depende del costo beneficio. ¿A qué estamos dispuestos? Si queremos lograr nuestros objetivos, tenemos que pagar un precio. La lucha y el sacrificio son inherentes al proceso de lograr nuestros proyectos. Nada ocurre de la noche a la mañana, ni mucho menos por arte de magia. Habrá incomodidad, incertidumbre y muchos cuestionamientos. El mayor cuestionamiento, es el de si vale la pena seguir luchando. Quien quiere persevera, pero también sabe en qué momento la mejor decisión es dejar o posponer un proyecto. Creemos que todo lo que nos proponemos, debemos cumplirlo. Pero siempre hay excepciones a la regla. No es negligencia, ni pereza, ni incapacidad. Simplemente hay cosas que son para nosotros y otras que no.

Soltar y disfrutar. Todo cuesta, pero estar obsesionados todo el tiempo con el resultado que queremos, no nos hace bien. Siempre enfocados y disciplinados, pero con una dosis de disfrute. Sabiendo que si trabajamos, naturalmente habrán resultados. Se demorarán más o menos en darse las cosas, pero al final se darán. De nada sirve privarnos de la posibilidad de disfrutar. Gocemos del camino que vamos recorriendo, con entusiasmo y confianza en que todo se dará en el tiempo perfecto. Con humildad para saber aceptar que a veces las cosas no se dan en el tiempo y forma que esperamos, pero que Dios siempre encuentra formas maravillosas de premiar nuestros esfuerzos. Soltemos esa idea fija de que todo tiene que ocurrir de forma ideal e instantáneamente, y fluyamos con cómo se va dando todo. Todo tiene su tiempo y su proceso. Disfrutemos cada paso que vayamos dando. Poner la mejor cara nos amplía la perspectiva, así que evitemos la tristeza y estar refunfuñando por nuestra aparente “mala suerte”. Todo depende de cómo veamos las cosas. Decidamos pagar el precio y disfrutar el camino que vayamos recorriendo.

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Bendiciones para todos! 🙏🏻

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Lilicitus

Me apasiona escribir sobre valores humanos, espiritualidad y actitudes positivas. Reflexiono, comparto anécdotas personales e intento aportar algo. Es mi legado