Aseo general de nuestro corazón 🧹

Lilicitus
3 min readJan 13, 2021

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Limpiar lo viejo, para dar espacio a lo nuevo. Al empezar un nuevo año, necesitamos hacer una limpieza. Decidir qué vamos a sacar y qué vamos a dejar. Evaluarlo con objetividad y sin apegos, para evitar acumulaciones innecesarias. Solemos encontrar excusas para no regalar o donar cosas que no estamos usando, o para mantenernos en relaciones o actitudes que no nos hacen bien, y nos perdemos la oportunidad de hacer espacio para cosas nuevas. Limpiar nos aliviana, nos permite despejar áreas de nuestra vida que necesitan renovación. A veces por terquedad o acostumbramiento, nos mantenemos iguales llevando el lastre de los cambios que piden a gritos darse. La limpieza representa bienestar, ideas nuevas y constante renovación.

Con la intención no es suficiente. A veces somos de impulsos y de poca acción. Si queremos cambios sostenidos en el tiempo nos toca “diciendo y haciendo” como decimos Colombia. A los deseos hay que acompañarlos de un plan de acción. Desde adelgazar y hacer ejercicio, tener una alimentación balanceada, hasta trabajar en nuestra gestión emocional y espiritualidad. Nada funciona a control remoto, nos tenemos que involucrar. Estar realmente convencidos, para que no nos gane la pereza y sigamos dejando para después lo que queremos hacer hoy. Somos los únicos responsables de que se aplacen nuestros planes. Pongámonos manos a la obra, porque después el tiempo nos pasa factura.

No enfocarnos en los errores que cometimos en el pasado, sino en lo que podemos hacer de aquí en adelante. Tenemos un nuevo capítulo por escribir. Las ideas y lo más importante las ganas de llevarlas a cabo, resultan de la convicción de lograr cosas nuevas. Sabemos que podemos, hagámoslo. Sin excusas de falta de tiempo, de decir que no sabemos, de decir que ya nos pasó el tren. Si realmente queremos sacamos el tiempo, aprendemos lo que no sabemos y nos lanzamos al ruedo. Todos podemos aprender y mejorar, cada día es una oportunidad. Naturalmente será un poco incómodo, nos dará miedo e incluso nervios atrevernos a hacer cosas nuevas, pero vale la pena intentarlo. Somos más capaces de lo que nos imaginamos. Es momento de resetearnos.

Dios siempre tiene un plan. Aunque a veces no tengamos mucha claridad de panorama, siempre se está obrando un plan celestial tras bambalinas. Ahora con la pandemia podemos tener dudas e incertidumbre, pero nuestra fé debe llevarnos a confiar y esperar en que todo estará bien. Nos hemos movido los últimos meses sobre arenas movedizas e ido acomodando de acuerdo a lo que dictan las restricciones por el Covid-19. Podemos estar cansados como humanos que somos, pero Dios renueva nuestra esperanza, no nos soltemos de su mano. Él es experto en hacer todo nuevo y mejor. Que nuestra fé no sea superficial ni solo de palabra, sino activa en convicción y acción, y veremos todo lo maravilloso que vendrá a nuestra vida.

Muchas gracias por leer este post! Si te gustó o sientes que te sirvió para reflexionar, déjame un clap👏🏼 Y te invito a que me sigas por aquí o por Instagram en @lilicitus_blog, para que te enteres de las próximas publicaciones. Hasta la próxima!

Bendiciones para todos! 🙏🏻

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Written by Lilicitus

Me apasiona escribir sobre valores humanos y espiritualidad. A través de reflexiones y anécdotas, busco inspirar, aportar perspectivas y conectar con el corazón

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