De vuelta al ruedo 💃

Lilicitus
3 min readMar 8, 2023

Después de unos meses de ausencia. Después de estar en menesteres varios, hoy decido regresar a escribir. Me hago el tiempo para continuar descubriéndome en esta faceta y seguir en el camino de escribir. Muchas cosas han cambiado, la perspectiva la he refrescado. El mundo ha seguido girando y vale la pena documentarlo. Desde una visión más madura y más amena que haga honra a que el tiempo no ha pasado en vano. Muchas cosas han pasado, muchos desafíos he enfrentado y he entendido que de no hacerlo se quedaría postergado. Hoy vuelvo con más ganas, aunque con tiempo más limitado. Así que sin más preámbulos, la escritora ha regresado. Aquí vamos!

¿Si no es hoy, cuándo? Hace un par de meses tomamos la decisión como familia de movernos de nuestro metro cuadrado. Fue un cambio rápido, intenso y determinado, con muchos ingredientes agregados. No fue solo una movilización física y de lugar geográfico, sino una gran movilización emocional. Un tremendo desafío de adaptación y ni qué decir del desapego que implicó. Llegar a un lugar con muchas aristas marcadamente diferentes: Clima e idioma principalmente. Encontrándonos con un estilo de vida distinto al que conocíamos, mejor en muchos sentidos y al que le comenzamos a encontrar “gustico”. Encontrándonos en el camino con otros que como nosotros se habían aventurado y encontrando que la ganancia estaba siendo mayor de la que habíamos esperado. Fueron innumerables los momentos especiales atesorados, pero también los difíciles que nos confrontaron y los inesperados que nos fueron saliendo al paso. Todo esto no hubiese pasado de no haber dado el paso y de haberlo aplazado. Por eso mi mensaje es que si lo puedes hacer hoy, dale para adelante que todo se irá acomodando.

Hay que aventurarse a aprender. Siendo mamá el tiempo es realmente limitado, muy limitado. Imagínense cómo fue la sinfonía de mudanza con niños pequeños, acomodación en un lugar nuevo, continuar trabajando de forma remota y en simultáneo aprender un idioma nuevo. Me sentía súper sobrecargada. Sin embargo, sabía que era temporal y la oportunidad única que representaba estar en ese lugar. No sé de dónde saqué fuerzas ni cabeza, pero lo hice. Hacía lecciones diarias en una aplicación, “paraba oreja” para entrenar el oído y me arriesgaba a hablar aunque dudara que estaba bien dicho. Al final fui tomando cada vez más confianza y ponía en práctica lo que iba aprendiendo. La gran lección es que la necesidad nos lleva a hacer las cosas. Nunca tendremos las condiciones ideales de ganas, disponibilidad de tiempo e incluso presupuesto. Si toca, como sea lo hacemos!

No estamos solos. Siempre Dios nos acompaña. Muchas cosas no las podemos en nuestras fuerzas, pero sí apoyándonos en Él. Más allá de lo autónomos e independientes que nos consideremos, e incluso de lo auto suficientes que creamos ser, necesitamos del descanso que nos provee Dios. A través de la oración vienen recarga, alivio e ideas. En los momentos que sentimos desfallecer de tanta cosa junta, Dios viene con su brazo súper poderoso a sostenernos. Aunque nuestra fé titubee e incluso decaiga. Durante esta experiencia me he encontrado con personas que de manera desinteresada y oportuna me han ayudado, han sido ángeles para mi. Infinita gratitud por todas esas personas maravillosas que Dios ha puesto en nuestro camino como familia, por el amor y generosidad con la que nos han extendido la mano. Ahora bien, si tu temor es que estás empezando un proyecto nuevo y estás solo, confía que llegarán refuerzos. Dios no nos abandona y reserva grandes bendiciones para quienes se atreven a allanar caminos.

Nos leemos en la próxima entrega!

>INSTAGRAM: @lilicitus_blog 😉

--

--

Lilicitus

Me apasiona escribir sobre valores humanos, espiritualidad y actitudes positivas. Reflexiono, comparto anécdotas personales e intento aportar algo. Es mi legado