El amor representa un papel fundamental en nuestra vida. El amor que nos tenemos a nosotros mismos, el que damos y recibimos de nuestra familia, amigos y pareja. El amor es el tanque de combustible de nuestras vidas y el eje central de nuestra historia. Es un sentimiento maravilloso y sublime, que denota nobleza, grandeza y generosidad. Sin embrago, a veces el amor que damos tiene pretensiones, orgullos e ideales de éxito. Y no está mal, siempre y cuando seamos conscientes que algunas veces nuestras expectativas no se condicen con la realidad que nos toca. Tener claro eso, nos ahorrará relaciones tóxicas, co-dependencias y angustias que ninguno quiere sufrir. El amor es inteligencia emocional, dominio propio, madurez espiritual. A veces estamos tan inmersos en el mar del amor o en el ideal que tenemos de él, que las olas de la realidad comienzan a golpearnos muy fuerte. Amemos en libertad y sin condicionamientos, sabiendo que si es un amor realmente nutritivo el que nos brindan, nos hará crecer y desplegar nuestro máximo potencial. Que nuestro amor nos conecte con el desarrollo de nuestra más hermosa versión.
El amor nos lleva a hacer los cambios necesarios para nuestro bienestar y crecimiento. La vida nos confronta permanentemente con el cambio. Hay cambios impuestos u obligados, y otros que instintiva y voluntariamente buscamos. Un cambio de perspectiva es algo progresivo, no es algo que se da de un día para el otro. Si un cambio se hace abruptamente, resulta rudo y hasta contraproducente. Si pretendemos hacer cambios impulsados por el calor del momento o llevarlos adelante con impaciencia, no resultan bien. Es como una dieta que arrancamos, o una crema que nos empezamos a aplicar. Hay que darle tiempo para ver resultados. Cuando estamos con sentimientos tan intensificados, tenemos que soltar un poco. Dejar fluir. Y dejar fluir no es adormecernos, sino tratar de canalizar esa energía de la mejor manera. Un pensamiento que burbujea, que tenemos constantemente, es algo que está vinculado con nuestra historia, con nuestro pasado. Con amor y compasión, necesitamos revisarlo y adentrarnos. Nuestros pensamientos recurrentes excitan la situación que nos preocupa, y lo que queremos es solucionarla. Así que conscientes de querer buscar y obtener respuestas, emprendemos nuestro proceso de búsqueda personal. Puede resultar a veces complejo, pero siempre el que quiere puede, encuentra maneras. Ya sea que nuestro deseo sea conocernos más, sanar, perdonar, mejorar nuestras relaciones.
Cada quien tiene formas distintas de amar. ¿Qué clase de amor es esencial para nuestra salud emocional? Dentro de cada uno de nosotros hay un tanque emocional, que espera ser llenado con amor. Ser amoroso es subjetivo, cada quien tiene su estilo y sus maneras. Algunos son súper expresivos y detallistas. Otros menos expresivos, pero contundentes con sus acciones. Cada uno tiene su lenguaje del amor. Y para ser más efectivos en nuestra comunicación, debemos conocer el lenguaje del amor primario de nuestros padres, pareja, amigos e hijos. El amor es el afecto que brindamos, cómo tratamos y hacemos sentir a los demás, es la luz que encendemos en nuestro interior y también las veces que ayudamos sin mirar a quién. Amar se expresa desde ser puntual, grato y cortés, hasta en la manera de asumir las situaciones difíciles que llegan a nuestra vida. Nuestra naturaleza humana clama por el amor del otro, pero el primer paso es que lo brindemos. Algunos consideran que pueden quedar expuestos o vulnerables por expresar, y es todo lo contrario. Quien tiene la valentía de expresar sus sentimientos, ya es un ganador.
El amor nos ayuda a expandirnos. El amor es la esencia sagrada que nos habita y de él derivan toda nuestra sabiduría, magia, belleza, creatividad y poder. Cuando está encendida en nosotros la llama del amor nos expandimos. El amor nos empodera y nos reviste de una capacidad sin igual para ver lo hermoso de la vida. El amor nos ayuda a buscar lo nutritivo, lo realmente edificante. El amor nos embellece y enaltece. Nos ilumina el camino, nos da fuerza y enfoque para la consecución de nuestros sueños. El amor nos da alas y nos motiva a seguir nuestro corazón. Es un camino de aprendizaje constante. Siempre conscientes que el amor es un sentimiento majestuoso y que como tesoro se comparte con personas que sepan apreciarlo. Siempre amar y hacerlo con los ojos abiertos. Amar con el corazón, pero también con la razón. El amor es disciplina y compromiso, humildad y capacidad de perdonar. El amor es generoso e incansable: Sana, transforma y armoniza todo.
“Una de las raíces del miedo es pensar en perder algo valioso. Una de las raíces de la fé es saber que nunca perderás lo más valioso. Y si tienes lo más valioso, siempre podrás recuperar y reconstruir lo que has perdido. La fé es el antídoto al miedo”-@andresspyker
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