El poder de la decisión 💥

Lilicitus
4 min readJul 29, 2020

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La vida se construye a partir de macro y micro decisiones. A todos se nos presentan problemas y las soluciones que encontramos están amarradas al poder de la decisión. Cuando uno toma decisiones, está tomando las riendas de su vida. Las decisiones conscientes, sensatas y responsables, nos hacen avanzar. Y es importante aclarar que avanzar no significa siempre “ganárselas todas”, pero sí crecer. Cada decisión tiene un costo y unas implicaciones. Cada uno decide el costo que quiere pagar, a lo que está dispuesto. Cuando uno no toma decisiones, la vida las puede tomar por uno. Incluso puede llegar un tercero que las termina tomando por uno. Y queda una frustración, una insatisfacción: Esto no pasó como yo quería, no me lo merezco, este no era el final que yo esperaba, etc. A veces tenemos miedo de tomar decisiones y terminamos dejando todo un poco al azar. Y después nos quejamos, cuando lo que nos faltó fue valentía y determinación para hacer lo que teníamos que hacer.

La vida está construida también de renuncias, no todo es ganancia. ¿A qué estoy dispuesto? ¿Tengo capacidad para tomar decisiones radicales? Aquí suelto esto, entrego lo otro, no puedo con tanto. Una de las claves está en ser menos permisivos y más selectivos. Todos libramos batallas internas y externas. El tema es cómo nos paramos frente a esas situaciones. Tenemos que creer más en nosotros y vivir nuestra vida. Nos han educado para ocultar la alegría y llevar una falsa modestia, para no incomodar a los demás. Pero no así con las dificultades, porque mostrarnos “emproblemados” suele alimentar el morbo de los demás. Lo más importante es que seamos nosotros mismos, que tengamos una personalidad bien definida y tengamos la capacidad de decidir. Trabajemos en un carácter a prueba del ojo externo, capaz de librar los conflictos con objetividad y con la capacidad de reconocer cuando sí podemos y cuando simplemente no. La sabiduría está en saber elegir las batallas que queremos librar. Evitando en lo posible la instancia de la dramatización porque nos resta valor y energía, y en el fondo es una búsqueda de atención o una justificación para mantenernos en lo mismo.

No dilatemos las decisiones que sabemos tenemos que tomar. Las paredes se pueden caer muchas veces, pero si hay columnas, todo se puede reconstruir. Nada está perdido, pero no podemos seguir postergando tomar decisiones. Las decisiones definen nuestro futuro. Ser conscientes de qué podemos resolver y qué no. Tener una gallardía abrumadora para salir al encuentro de lo que nos toque en la vida. Nuestra inteligencia y nuestro instinto nos van marcando qué decisiones tomar y en qué momento. Y el tiempo es una variable que nos puede jugar a favor o en contra. Siempre escuchamos “al mal paso darle prisa”, que en otras palabras significa: Aunque duela, implique desapego y salir de la zona de confort, confronte temores: HAZLO. Aplica para todo: Relaciones, finanzas, búsqueda interior, nuevos proyectos. Si bien hay cosas que hay que dejar que fluyan, hay otras en las que el arquitecto principal somos nosotros. Así que siendo protagonistas no podemos actuar como una hoja que lleva el viento.

El perdón es una decisión. Ser compasivos con nosotros mismos es una decisión clave para nuestra salud emocional. Si tenemos misericordia e indulgencia con nosotros mismos, la vamos a tener también con los demás. Trabajemos en la capacidad de pasar la hoja y mirar hacia adelante sin tristeza ni culpa, tomando el aprendizaje y decidiendo avanzar. Así como el perdón es un auto-regalo maravilloso, también lo es decidir que nos acompañe la alegría, la bondad y la gratitud en el día a día. La vida termina siendo una acumulación de presentes. Le damos perspectiva y valor, cuando pasamos por una enfermedad, una quiebra económica, una pérdida. Que no tengamos que necesariamente pasar por momentos difíciles para reconocer las cosas lindas en nuestra vida. Entreguémonos en cuerpo y alma a lo que amamos. Que nuestra decisión hoy sea abrazar nuestra realidad, honrar el regalo de nuestro presente, perdonar rápido y dar generosamente. Trabajar por lo que queremos conquistar y saber que nuestras heridas de batalla nos permiten poder apreciar mejor el regalo y la belleza de existir. Abracemos nuestra realidad y nuestro aquí y ahora, manteniendo siempre presente que podemos cambiar nuestra realidad si es nuestra decisión.

Confía en el Señor de todo corazón
y no te apoyes en tu propia prudencia.
En todos tus caminos piensa en Él,
y Él allanará tus senderos.
(Proverbios 3:5-6)

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Bendiciones para ti!

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Written by Lilicitus

Me apasiona escribir sobre valores humanos y espiritualidad. A través de reflexiones y anécdotas, busco inspirar, aportar perspectivas y conectar con el corazón

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