Hay personas cerradas y trancadas, ¿soy una de ellas? Algunos se ufanan de lo importante que es estar abiertos a aprender cosas nuevas, pero cuando les corresponde el turno: ¡Ayayai! Como a todos nos suele pasar, en un primer momento nos resistimos al cambio, y después irremediablemente nos toca abrirnos a él y ponernos manos a la obra. No es solo tener las ganas, sino también la voluntad de aprender algo nuevo, o de reaprenderlo. A veces creemos que sabemos algo, pero cuando nos damos media vuelta nos damos cuenta que las cosas cambiaron y ya se hacen de una manera diferente. Desafíos como refinar nuestro carácter, aprender una habilidad nueva, dependen de que realmente queramos incorporar un cambio. No podemos seguir en nuestro búnker, protegiéndonos con nuestros viejos argumentos para evitar el cambio. Hay que salir de ese encierro mental y aceptar con humildad que se pueden hacer las cosas de forma diferente, y que eso no significa perder. Nuestras creencias arraigadas algunas veces nos cierran a ver que hay formas diferentes, y que nuestro estilo no es el único.
Responder en vez de reaccionar. Muchos andamos a la defensiva. Nos la pasamos literalmente con el garrote al hombro. Decimos ser “flexibles”, pero si alguien nos habla de cambio, nos justificamos con 1.000 razones para no hacerlo. Evadimos el cambio, no le sacamos el tiempo a aprender habilidades nuevas y nos vamos quedando rezagados de los que sí deciden avanzar. Lo primero y más importante como punto de partida, es reconocer cuando fallamos. Habla de nuestra madurez espiritual y grandeza personal cuando reconocemos que puede haber una mirada distinta de las cosas. Que no porque sea diferente es malo. Que no siempre las cosas deben ser a nuestro estilo y a nuestro ritmo. Saber que vivimos en medio de una humanidad diversa, donde todos por su contexto, crianza e historia de vida, piensan, sienten y actúan distinto. Y que eso está bien. No es malo que hayan diferencias. Alejemos de nosotros esa connotación negativa de que si es diferente a nosotros, es malo. Eso nos llevará a responder diferente.
Se nos pasa la vida en modo automático. Sin pensar, sin cuestionarnos. Haciendo por inercia las cosas. Chuleando en el calendario un día más. Muchos a veces nos creemos productivos por la cantidad de cosas que hacemos en un día. Y deberíamos sentirnos productivos, aunque hagamos menos. Sin culpa de por medio. No somos máquinas. Disfrutar de lo que nos comemos, saborearlo. Tomarnos el tiempo para masticarlo sin afán. En los detalles está el presente. En detenernos a contemplar el canto de un pájaro, en jugar a ver formas diferentes en las nubes. Sin estar corriendo todo el tiempo. Y encontrar en esos momentos de pausa y disfrute, respuestas espontáneas a cosas que nos hemos estado preguntando. Que sin forzar tanto, emanan de los detalles de nuestra cotidianidad. Intentemos hacer las cosas diferentes, dejar nuestro libreto y dejar que fluyan las cosas. Puede sonar una frase sacrilegio para una persona metódica, pero es la más bella forma de aliviar la carga y disfrutar nuestra caminata de vida.
Actualizar nuestra versión. Así como las apps para funcionar mejor, actualizan su versión, así deberíamos hacer nosotros. Ir incorporando mejoras, porque sino corremos el riesgo de ya no ser compatibles. Todo cambia a nuestro alrededor y nosotros no podemos ser la excepción. Puede que en el pasado nos haya funcionado nuestro estilo, pero ahora en el presente no. ¿Qué tenemos para mejorar? La famosa frase de “yo soy así”, habla de justamente no querer ver las cosas diferente. Pensamos que perdemos autoridad o control, porque nuestro ego entra en escena. Lo que fuimos en el pasado no nos define, ha hecho parte de nuestra historia, pero ese pasado no somos nosotros. Añoramos ese cargo que desempeñamos, la importancia que teníamos, los reconocidos que éramos. Decidamos actualizar nuestra versión e intentar cosas nuevas. No pasa nada si fallamos, hay tiempo para seguirlo intentando. Recordemos que no corremos una carrera contra nadie, corremos nuestra propia carrera.
Muchas gracias por leer este post! Si te gustó o sientes que te sirvió para reflexionar, déjame un clap👏🏼 Y te invito a que me sigas por aquí o por Instagram en @lilicitus_blog, para que te enteres de las próximas publicaciones. Hasta la próxima!