La gratitud es un don. Es la capacidad de valorar, reconocer y agradecer por aquello que recibes de la generosidad de Dios: El aire que respiras, el alimento que llevas a tu mesa, el amor de tu familia, el abrazo de un amigo, entre otras tantas bendiciones. El agradecer te hace tomar conciencia de lo afortunado que eres. El estar vivo, el gozar de salud, el poder deleitarte con la belleza y magnificencia de la naturaleza; el ser amado y contar con el apoyo y respaldo de tus seres queridos.
El agradecer nos hace ver en perspectiva que todo lo que hemos logrado a lo largo de nuestra historia de vida, ha sido con la ayuda y contribución de otros. No hemos llegado solos a donde estamos. La gratitud nos permite apreciar los detalles grandes y sencillos de la vida. Un beso, un abrazo sincero, un te quiero, un reconocimiento. Nos faculta para apreciar desde la sinceridad del corazón todo cuanto recibimos.
Dar gracias por todo y en todo momento, nos ayuda a valorar lo que somos y tenemos. A no dar por sentado nada. La persona grata, siempre es bien recibida y las puertas son abiertas para ella a donde quiera que va. El corazón grato, es humilde y sencillo. Guarda en su interior deseos de bienestar y abundancia para quienes han sido generosos con él.
La gratitud es fundamental para nuestro crecimiento espiritual, es aprecio y valoración por lo recibido. Nos inspira a ser generosos y a dar como hemos recibido, para seguir contribuyendo en el círculo virtuoso del servicio y que otros también se vean favorecidos. El que da, recibe y el que agradece multiplica. Es una ley universal.
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Bendiciones para ti!