La gratitud. La gratitud es la capacidad de dar gracias en todo momento: En las “verdes y en las maduras”. Es la habilidad de valorar lo bueno y de aprender a aceptar con paz lo aparentemente “malo”. Es la destreza de aprender a dar gracias por las circunstancias y personas difĂciles, porque en definitiva nos confrontan y se convierten en nuestros grandes maestros. Porque aunque suene irĂłnico, agradecer en medio de los torbellinos de la vida, nos ayuda a atravesarlos con verdadera valentĂa. Quien tiene la gratitud como una consigna de vida, no se amarga. Encuentra siempre un motivo para sentirse afortunado y disfrutar lo que la vida le presenta. La gratitud nos motiva a dar y a ser generosos, porque nos hace ver la abundancia en nuestra vida y nos inspira a compartirla.
La gratitud es un hábito que debemos cultivar. Aunque a veces nos sintamos tentados a la queja y a la victimizaciĂłn, si logramos hacer un “hack” a nuestras emociones y pensamientos, podemos transformar nuestra forma de percibirlo todo. Desde una persona que no responde nuestro saludo, hasta una dificultad realmente mayor (como una enfermedad o una pĂ©rdida). Comenzamos a tomarlo todo como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje. Cuando los problemas nos apremian, no lo tomamos como que la vida se está ensañando con nosotros, sino como una oportunidad que nos presenta para crecer y mejorar, para aprender a ver todo de una manera diferente. ÂżQuiĂ©n en condiciones ideales crece y madura espiritualmente? Las dificultades nos desafĂan a agradecer en medio de la prueba y a ver lo bueno. Es un ejercicio que nos hace ver desde otra perspectiva lo que nos ocurre y a convertirnos en seres más amorosos, compasivos y empáticos.
Siempre será más fácil quejarse. Sin embargo, si entrenamos nuestra mente y nuestro corazĂłn para dar gracias en todo momento, aunque hayan dĂas grises, tendremos la capacidad de ver la luz en medio de ellos. Si aprendemos a apreciar lo que tenemos, en lugar se entristecernos por lo que no, lograremos disfrutar más plenamente nuestros dĂas. Si realmente nos mantenemos enfocados, no habrá punto negro que nos robe la tranquilidad y la capacidad de disfrute. Llevar una vida alegre es una decisiĂłn, que va más allá de las circunstancias. Agradecer multiplica y atrae lo bueno a nuestra vida. El gozo que trae la gratitud a nuestra vida es un sĂşper imán, para que cosas lindas acontezcan. Lo sobrenatural ocurre cuando confiamos y agradecemos por anticipado.
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