La vida es un ratico 🍃

Lilicitus
4 min readMay 15, 2022

--

La vida es un ratico. La vida se pasa súper rápido. Si lo sabemos, ¿por qué no hacemos lo que debemos? Aprender cosas nuevas, adquirir hábitos saludables, perdonarnos por no haberlo hecho antes. Tenemos el reloj corriendo y pensamos que tenemos tiempo ilimitado para hacer las cosas. La vida se nos va pasando y perdemos oportunidades únicas cada día. Absolutamente todos tenemos la posibilidad de intentar nuevos caminos. Es una cuestión del chip con el que nos hemos programado. Por creencias absurdas y limitantes, nos abstenemos de vivir una vida más plena, o por lo menos de una forma más libre. La libertad está dada por qué tanta confianza sentimos para hacer lo que nos gustaría, más allá de nuestra edad, condición económica y de las opiniones de los demás. Emprender cada día pequeñas y grandes acciones, llenas de coraje, voluntad y un profundo deseo de materializar nuestros anhelos, para vivir la vida que realmente nos gustaría. No en búsqueda del aplauso externo, sino del regocijo interno.

Cambiar lo que necesita ser cambiado. Muchos deseamos cambiar cosas que no nos gustan de nosotros. Unas veces estamos súper convencidos e inspirados para hacerlo y otras veces no tanto. Luchamos constantemente con nuestra pereza, inercia y comodidad. Nos justificamos con que el clima, las ocupaciones, la falta de tiempo. Somos conscientes de lo bien que nos haría comenzar a hacer ejercicio, acostarnos más temprano, comer sano,… y sin embargo, no lo hacemos. ¿Por qué? La verdad que no lo sé. Sabemos que nos hará bien y por alguna razón lo seguimos posponiendo. Considero que tiene que ver en gran medida con nuestra falta de voluntad y disciplina. ¿Por qué engordar física y mentalmente con cosas que no nos hacen bien? Hay que perseverar en el intento, porque sino cambiamos nuestra mentalidad, todos los días habrá una auto excusa que siga justificando nuestra falta de acción. Si no queremos seguirnos viendo igual en el espejo y dándonos golpes de pecho, cambiemos nuestro verso y de una vez por todas accionemos.

Aprender a establecer prioridades para llevar una vida más plena. Entendamos que no todo lo podemos hacer al tiempo. Quisiéramos que así fuera, pero la realidad es que no es posible. Cuando intentamos cubrir todo al tiempo, termina siendo además de estresante, altamente frustrante. Muchas veces por pretender abarcarlo todo, entramos en una maratón sin fin, tratando de cumplir expectativas propias y ajenas. Podemos tener buenas intenciones, pero si no priorizamos, “perdemos el año”. Al querer hacer todo al tiempo, tenemos una alta probabilidad de dejar cosas a medias o inconclusas. Cosas que se comienzan a acumular en una lista de pendientes y que hacen que el agobio vaya en aumento. Nuestra energía se va disipando frente a nuestros ojos. Es fundamental para nuestra salud física, mental, emocional y espiritual, aprender a priorizar. Al final hacer menos pero bien hecho, es mejor que pretender hacer mucho pero incompleto.

Cualquier algo cambia todo. Solemos subestimar el día a día, por lo sumergidos que a veces estamos en la rutina. Y cada día no es igual al anterior. Cada jornada nos presenta desafíos diferentes e inesperados. No podemos dar por sentado que todo será igual que ayer. Cualquier “algo” nos puede cambiar todo de un momento para el otro. Cuando a veces por impaciencia nos da el arrebato y perdemos esa tranquilidad que nos da foco, estamos perdiendo el control. Y mantener la calma es lo único que está bajo nuestro control. La consigna debería ser que nada ni nadie nos robe la paz y la armonía interna. Y porque cuánto más “espirituales” nos consideramos, vienen los distintos tipos de provocadores por nosotros. Cada situación que se va presentando es una oportunidad de crecimiento. Los cambios nos desacomodan, pero nos llevan a pensar de forma creativa y a actuar de forma proactiva.

Cada uno lidia con diferentes desafíos. Podemos estar agotados, pero no significa que estemos derrotados. Es importante comenzar a depurar amistades y a ser selectivos con las relaciones que establecemos. Nuestras amistades deben animarnos y no drenarnos. Cada día trae su afán y tenemos que estar con las rodilleras puestas. Trabajar conscientemente en nuestra espiritualidad, en una real y diaria relación con Dios. Eso nos dará estabilidad emocional, armonía y muchísima paz. No nos hará infalibles a equivocarnos, ni exentos a que nos lastimen, pero nos dará fortaleza para superar lo que venga. Nos dará discernimiento para nuestras decisiones, valentía para el día a día y empatía para con los demás. Que por cansancio en nuestras batallas, no endurezcamos nuestro corazón y dejemos de ser luz. Sentirnos sin fuerzas no está mal, es algo natural y humano. Lo que no está bien, es echar en saco roto todo el camino recorrido para hacernos mejores seres humanos. Que siempre tengamos la humildad de reconocer nuestros errores y la grandeza para superarlos.

Muchas gracias por leer este post! Si te gustó o sientes que te sirvió para reflexionar, déjame un clap👏🏼 Y te invito a que me sigas por aquí o por Instagram en @lilicitus_blog, para que te enteres de las próximas publicaciones. Hasta la próxima!

--

--

Lilicitus
Lilicitus

Written by Lilicitus

Me apasiona escribir sobre valores humanos y espiritualidad. A través de reflexiones y anécdotas, busco inspirar, aportar perspectivas y conectar con el corazón

No responses yet