Nunca es demasiado tarde ⏰

Lilicitus
3 min readJun 3, 2020

--

Estamos limitándonos desde cómo pensamos sobre nuestras capacidades. Si en nuestra cabeza hay un diálogo mental que subestima lo que somos capaces de hacer, es el primer problema que tenemos para resolver. Si hay alguna predisposición por algún fracaso previo, si hay algún temor por vernos expuestos a la crítica, si hay presión externa por alcanzar el éxito, hay que hacer una reconfiguración urgente. Rompamos las expectativas ajenas y cumplamos las nuestras. Hay que liberarnos de ese peso que no nos deja avanzar y enfocar nuestra energía en lo que realmente queremos conquistar. Debemos ser los primeros en creer que sí podemos, y después como añadidura el resto creerá. Ideas malsanas y recurrentes como: No soy talentoso, empecé tarde, es muy complicado, nos empantanan y nos hacen pensar que es mejor quedarnos como estamos. Quitémonos el miedo de encima que nos paraliza y demos el primer paso: Intentémoslo. Nadie tiene garantizado que le va a ir bien, pero intentarlo ya es ganancia.

Recuperar lo no hecho y ponernos manos a la obra. Darnos cuenta que sí somos capaces y de que estamos a tiempo. Nunca es demasiado tarde. Atajemos esa inercia que nos lleva a tener las mismas conductas y a mantenernos iguales, con miedo a arriesgar. ¡Vale la pena atreverse! ¿Qué es lo máximo que puedo pasar? ¿Que fallemos? No pasa nada, el fracaso seguramente será parte del proceso y la frustración también. Será clave elegir un lenguaje de vencedor y no de víctima, porque tenemos que ser protagonistas. Algunos pensarán: “Si no lo hice antes de esta pandemia mundial, ya es súper complicado hacerlo”. Pero lo que no ven es que toda crisis es una oportunidad disfrazada. Nunca habrán condiciones ideales, nosotros nos encargamos de crearlas desplegando nuestra creatividad. Si tenemos ganas, las ideas vendrán y la valentía emergerá.

Si tenemos un sueño archivado, trabajemos para cumplirlo. Como dicen en México: ¿Por qué echarle tanta crema a los tacos? Ser renuentes a descubrir qué nos hace felices y nos haría sentirnos realizados, es una necedad. La famosa pregunta: ¿Qué te ves haciendo o siendo en 10 años? Es una pregunta detonante para muchos, porque nos confronta. Al final solo lanzándonos al agua lo sabremos. Nunca es demasiado tarde para estudiar, para aprender a bailar, para aprender un idioma, para enamorarse, para emprender un negocio. Para perdonarnos por no haber hecho y encaminar nuestra vida por donde queremos ir. Para buscar de Dios, lejos de fanatismos y doctrinas excluyentes. Hay que identificar qué nos hace falta para tomar la decisión de actuar: Valentía, humildad, superar el paradigma de la edad, desligarnos del qué dirán. Superémoslo y hagámoslo ya. El tiempo es precioso y avanza sin detenerse. Si nos da seguridad tomar un curso, abrir nuestro corazón con una persona de confianza para que nos aconseje o directamente actuar: Hoy es el día y ahora es el momento para empezar a construir lo que queremos lograr.

Estamos en un proceso de renovación constante. Estamos en una constante búsqueda personal y vamos creciendo y transformándonos. Algunas veces aunque nuestra armadura de combate esté desgastada, en nuestro interior podemos tener una fortaleza increíble aún por desplegar. Todos tenemos condiciones y recursos diferentes. No nos quejemos, valoremos lo que tenemos y usémoslo. Nuestra capacidad hacedora no tiene límites, las trabas nos las ponemos nosotros mismos. Podemos estar desilusionados por una crisis del pasado, una crisis que nos hizo creer que no podemos lograr ese sueño que tenemos. No creernos capaces o merecedores, angustiarnos, nos deja como estatuas: Inmóviles y llenándonos de polvo. A veces como vemos que no se materializa rápido nuestro esfuerzo, nos desanimamos. Y tenemos que entender que es un proceso. Tengamos presente que la perfección no existe, que se aprende sobre la marcha, y que salir de nuestra zona de confort implica mucho trabajo y una enorme perseverancia. Tenemos los dones suficientes, manos a la obra! Dale caña! (Como dirían los españoles)

Y recordemos que detrás de cámaras Dios siempre está obrando. ÁNIMO!

Muchas gracias por leer este post! Si te gustó o sientes que te sirvió para reflexionar, déjame un clap👏🏼 Y te invito a que me sigas por aquí o por Instagram en @lilicitus_blog, para que te enteres de las próximas publicaciones. Hasta la próxima!

Bendiciones para ti!

--

--

Lilicitus
Lilicitus

Written by Lilicitus

Me apasiona escribir sobre valores humanos y espiritualidad. A través de reflexiones y anécdotas, busco inspirar, aportar perspectivas y conectar con el corazón

No responses yet