¡Poner fecha a los sueños! 📆

Lilicitus
4 min readSep 13, 2019

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Poner fecha a nuestros sueños es importantísimo. Tenemos la tendencia a postergar, pensando que tenemos tiempo ilimitado y de hecho es el recurso más finito que tenemos todos. Aplazamos esperando mejores condiciones, mayor determinación e impulso, e incluso señales del universo para hacer las cosas, o por lo menos para intentarlas. El término para denominar ésta tendencia se llama “procastinar”. Nuestro cerebro se siente cómodo, le da placer momentáneo el dejar lo que tiene que hacer para después, porque no lo sometemos al esfuerzo que conlleva tener que pensar qué, cómo, cuándo, dónde y con quién, haremos equis actividad. En el caso particular del cuándo, nos obliga a desplegar toda la energía necesaria tanto de proceso creativo de lo que queremos hacer, como de planificación de los recursos que necesitamos para poder llevarlo a cabo.

De hecho, para iniciar éste blog di mil vueltas. Siempre por x ó y circunstancia, dejaba para después. Tenía borradores escritos en mi computador, en agendas, notas sueltas en el celular e incluso papelitos y post-it en varios lados. Solo cuando decidí: Lo arranco este Viernes, literalmente me obligué a pensar de qué tema escribiría la primera publicación. Mi hermana que es publicista y diseñadora me pasó recomendaciones de sitios web para hacer las gráficas para redes sociales, gracias Nanis! :). No tenía mucho conocimiento del funcionamiento en Instagram, pero me autoeduqué. Y voilà, inicio la concreción de un sueño que venía trayendo ya de tiempo. Así que con conocimiento de causa les puedo decir, que más allá de las mil cosas que todos tenemos para hacer y de las consecuentes restricciones de tiempo que tenemos, si nos organizamos y le ponemos fecha, podemos hacer las cosas.

Si uno tiene un sentir en su corazón, lo tiene que poner en una idea e ir refinando esa idea, hasta llegar a la que más se aproxime a lo más genuino de nuestro sentir. Y por supuesto ponerle fecha a su ejecución. A veces creemos que tenemos que tener todo para salir al ruedo, pero los avances que vayamos teniendo también suman, porque nos dan una base para darle forma a nuestro objetivo final. Muchas veces por factores como ideas preconcebidas de cómo deberían ser las cosas, de que tal vez no somos tan buenos como creemos y nos da temor el fracaso -o mejor, al qué dirán-, el tener una mentalidad demasiado idealista, que nos puede llegar a frustrar fácilmente, ó básicamente por la comodidad y la pereza, que también nos llevan a dejar las cosas para después. Aparentemente es más fácil postergar, pero al final termina siendo algo que nos resulta pesado de llevar, porque es una tarea pendiente en nuestra mente.

A veces uno piensa que solo con la idea es suficiente y no es así. Sino la llevamos a la práctica, queda en solo eso, en una idea. Y si esa idea, además representa un sueño para nosotros, más acelerador debemos ponerle al proceso de llevarla a cabo. Establecer un calendario de actividades es fundamental. Ya con fechas, nuestra mente se programa y se comienza a desplegar nuestro arsenal de recursos. Tal vez lo que nos pasa a la mayoría, es que soñamos mucho, pero nos quedamos cortos en la ejecución. Cuando no ponemos fecha, estamos enmascarando otras razones más profundas como inseguridad y falta de compromiso, falta de confianza en nuestras capacidades y un tremendo conformismo; otras razones más del orden de recursos como falta de presupuesto y de asesoría, y otras más comunes, como la popular excusitis aguda: Para todo tenemos una excusa, un pero, un pretexto, un “lo hago después”. No es que el mundo se confabule en contra nuestra, es que hablamos mucho y hacemos poco. Hay que salir a la acción. Puede que haya factor suerte, pero el principal factor de éxito es la actitud. Si uno tiene un sueño, se encargar de creerlo, para crearlo y darle vida.

Todo tiene su tiempo de maduración y es otra cosa que es necesario entender. Nada es instantáneo. Emprender la ejecución de un sueño implica tiempo y dinero, y además mucha paciencia, tolerancia a la frustración y flexibilidad, y ni hablar de apertura mental. A veces somos muy estructurados y no estamos abiertos a otras posibilidades y caminos para hacer las cosas. Hoy día hay muchísimas herramientas y opciones a nuestra disposición, que tenemos que aprovechar. A través de internet, y de las plataformas digitales en general, tenemos la oportunidad de dar a conocer lo que hacemos y de hacerlo de forma masiva. Para quien canta, para quien teje, para quien brinda asesorías, para quien escribe, como yo! 🤓 y para todo tipo de habilidades y talentos. Para finalizar, como diría un jefe que tuve: “Si lo piensa mucho Angelita, se le daña”. Saquen ustedes sus propias conclusiones de éste consejo 🤔

Muchas gracias por leer este post! Si te gustó o sientes que te sirvió para reflexionar, déjame un clap👏🏼 Y te invito a que me sigas por aquí o por Instagram en @lilicitus_blog, para que te enteres de las próximas publicaciones. Hasta la próxima!

Bendiciones para todos!

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Written by Lilicitus

Me apasiona escribir sobre valores humanos y espiritualidad. A través de reflexiones y anécdotas, busco inspirar, aportar perspectivas y conectar con el corazón

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