¿Qué me enseñó la muerte de mi papá? 💛

Lilicitus
4 min readJan 10, 2020

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Algo que aprendí de la muerte de mi papá, es que la muerte llega en cualquier momento. La muerte es inevitable y nadie conoce ni el día ni la hora. Nos toma por sorpresa, porque nadie la espera. Cuando muere un ser querido quedamos con un sentimiento de vacío, de pérdida. Tratarla de entender no tiene ningún sentido, porque simplemente llega y nunca hay una razón comprensible a nuestro entender para aceptar que nos ha correspondido el turno de que parta un ser amado. No podemos anticiparnos a qué tipo de reacción podamos tener. Depende en qué circunstancia murió nuestro ser querido, nuestro estado emocional del momento, nuestra edad, el tipo vínculo que tengamos con él/ella, el cómo lo tomen otros seres queridos a nuestro alrededor. La mayoría al enterarnos de la noticia quedamos en shock, no lo podemos creer, y mucho menos aceptar, porque pasa de un momento a otro y es lo último que esperamos que suceda. En mi caso, a pesar del indescriptible dolor, siempre estuve tranquila de que le expresé en vida a mi papá cuánto lo amaba y lo orgullosa que me sentía de ser su hija.

Si bien la muerte hace parte de la vida, creo que nadie está preparado para ella. Uno puede ser consciente de que en algún momento pasará, pero lo ve lejano y ni siquiera piensa en eso. En el caso de mi papá, él era un hombre joven, tenía 51 años. Si bien tenía antecedentes familiares de afección cardiaca, pasaba por un momento de muy buena salud, había bajado de peso, se estaba cuidando muchísimo y estaba súper bien. Y fue justo en el momento que menos lo esperábamos, porque era el momento en el que mejor estaba de salud, que le correspondió el turno de partir. La muerte genera desconcierto, uno no termina de aceptar, de asimilar esa nueva realidad. La muerte de un padre, es una de las experiencias más difíciles y dolorosas que pueden existir. Independientemente de la relación que uno tenga con sus padres, asumir su partida es complejísimo. Emocionalmente cuesta mucho procesar ese momento, elaborar el duelo y seguir adelante. Los padres son la fuente más grande de seguridad emocional y de inspiración. Son la fuente de amor incondicional, inagotable e irremplazable. El círculo de amor que rodea a la familia, en cabeza de los padres, es tan fuerte, que es capaz de superar cualquier dificultad. En nuestro caso, quedamos mi mamá, mis 2 hermanos y yo. Y como familia, unidos, decidimos salir adelante y hacer sentir feliz y orgulloso a mi papá desde donde estuviera. No ha sido fácil, pero sabemos que él espiritualmente nos acompaña y que hasta ahora hemos cumplido nuestro propósito de salir adelante, honrando su memoria.

Ver la cantidad de gente que lo acompañó el día de su despedida fue conmovedor y movilizador para mí. Se llenó una iglesia completa para su ceremonia de exequias. Gente viajó desde otras ciudades para despedirlo, realmente ver la estima y la gratitud hacia mi papá, nos reconfortó como familia. Sin desconocer las demostraciones de afecto y la compañía, es importante entender que la solidaridad que expresan las personas es circunstancial, y es algo que hay que entender y aceptar con paz. Todos regresan a su normalidad y uno se queda lidiando con su duelo. Es una de las etapas más desafiantes a nivel emocional, porque no es que uno quiera continuar la vida como si nada hubiese sucedido, pero le corresponde seguir adelante, porque mientras uno procesa y acepta lo que pasó, la vida continúa. Y es todo un reto continuar viviendo, cuando uno tiene la sensibilidad a flor de piel, cuando hay trámites ineludibles que hacer como solicitar el registro civil de defunción por ejemplo, cuando hay personas que no saben y te preguntan, y quedas con el nudo en la garganta y la lágrima por degajar al momento de responder…

Uno como hijo construye su proyecto de vida, teniendo como base y sostén a sus padres. Cuando eso panorama cambia, todo el proyecto cambia también. Y ahí es cuando entra el vínculo que uno tenga con Dios, o por lo menos, así lo considero yo. Gracias a mi relación con Él, todo se hizo más llevadero a pesar de la tristeza y de las dificultades que vinieron tras la partida de mi papá. Uno se vuelve más fuerte, madura más rápido, ya no le da tanta trascendencia a cosas no importantes, se enfoca en salir adelante y se fortalece en la esperanza de brindarle lo mejor a los que quedan. Mi mamá ha sido y es nuestro mayor ejemplo de amor y superación. Una mujer muy joven, que quedó viuda con 3 hijos a portas de iniciar la universidad. Muchas cosas le tocaron, algunas de ellas en silencio para no preocuparnos, muchas e innumerables luchas y nunca se dio por vencida, una mujer y mamá admirable. Internamente cada uno de nosotros como hijos sabía que íbamos a superar esa prueba difícil e inesperada que nos ponía la vida, y ha logrado ser así sido gracias a Dios y a su bondad y generosidad con nosotros, Él nos ha proveído de forma maravillosa como esposo y papá.

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Bendiciones para ti!

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Written by Lilicitus

Me apasiona escribir sobre valores humanos y espiritualidad. A través de reflexiones y anécdotas, busco inspirar, aportar perspectivas y conectar con el corazón

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