Hoy 5 de Abril de 2020, se celebra el Domingo de Ramos. La actual cuarentena coincide con los días de Cuaresma previos a la Semana Santa, y con la Semana Santa en sí. Desde mi perspectiva, lo veo como una prueba a nuestra fé y confianza en la providencia de Dios. Ahora lejos de los rituales acostumbrados de misas, peregrinaciones y viacrucis, vivimos una invitación única e inédita en la historia, a vivirla con mayor intensidad, en verdadera y real introspección con Dios. Sin testigos, más que nosotros mismos y el Padre. En la intimidad de nuestro hogar, buscando recordar y honrar el sacrificio de amor que hizo Jesús por nosotros. Confrontados en nuestra creencia de fé por los momentos difíciles que pasamos, pero convencidos que no transitamos éstos momentos solos y que saldremos victoriosos. Nos corresponde ahora el turno de llevar una cruz, una cruz que no esperábamos y que viene a medir nuestra fortaleza, a templar nuestro espíritu y a hacernos mejores seres humanos. Aunque duela, aunque cueste y aunque quisiéramos evitarlo. Todos nosotros sufrimos en menor o mayor medida ésta época de pandemia. Y no es un sufrimiento opcional. El dolor es una cita divina con Dios. Esta cuarentena en tiempos de cuaresma es un cambio de planes para nuestra religión católica, pero no para nuestra fé. Que tengamos una fé viva, que hable con acciones. Pensemos en aquellos que están pasando estos momentos solos: Una llamada, un mensaje, les puede ayudar a hacer esta cuarentena más llevadera. Acercarles un poco del amor infinito de Dios, es nuestra tarea! 💟🙏🌾
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