Todo cambia 🌀

Lilicitus
3 min readNov 19, 2021

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Todo cambia. Los cambios acontecen todos los días. Son una inevitable e ineludible constante para todos. Estamos cambiando todo el tiempo, como parte de nuestro crecimiento y evolución personal. Nos estamos transformando fruto de las experiencias que vamos teniendo y de la madurez que vamos adquiriendo. Todo a nuestro alrededor también cambia: Las personas y las circunstancias, lo que nos sumerge en un proceso de cambio y adaptación permanente, y nos pone de frente con el desafío de aprender y desaprender todo el tiempo. De hacer el duelo por lo que ya no es, y aceptar lo nuevo que llega a nuestra vida, aunque no nos guste y no nos sintamos muchas veces preparados para asumirlo. El cambio aunque nos incomode e incluso nos duela, es necesario e imprescindible para nuestro crecimiento.

Hay cambios deseados y otros inesperados. Para los cambios deseados trabajamos conscientemente, pero para los inesperados: ¿Quién está preparado? Ninguno de nosotros. Pero no es una opción no asumirlos. Podremos pasar por la rabia, la tristeza e incluso la impotencia, por la negación y el duelo, hasta finalmente llegar a la aceptación. Para unos será un camino largo y para otros corto, pero al final un camino que querámoslo o no, tenemos que recorrer. Los cambios nos confrontan y nos llevan a reflexionar sobre el verdadero valor de las personas y de las cosas en nuestra vida. Nos hacen ver que a veces complejizamos lo simple y nos olvidamos de disfrutar la vida que tenemos. Si logramos entender que las cosas cambian cuando nosotros decidimos cambiar, lograremos llevar una vida más feliz y tranquila, y vivir cada día más plenamente.

No hay nada seguro. A veces tenemos o sustentamos nuestra seguridad en realidades circunstanciales: Una relación, un trabajo, una cuenta de banco. Y cuando acontece un cambio que nos deja sin esa relación, sin ese trabajo y sin ese dinero, vemos cómo el piso que creíamos firme e inamovible, comienza a tambalear. La gran moraleja que todo el tiempo la vida nos está dando, es que disfrutemos lo que tenemos hoy, porque no sabemos cuándo y bajo qué circunstancia cambia. Edificar nuestras relaciones familiares debe ser una prioridad, porque al final es lo que realmente tenemos. Además de los amigos que tengamos, porque los verdaderos e incondicionales son pocos y es necesario cultivarlos. Que fundamentemos nuestra seguridad en lo realmente importante, porque todo lo demás va y viene.

Sentimos nostalgia por lo que fue en el pasado. Nuestros recuerdos nos trasladan a esa comida rica, a esa sensación de protección, a ese momento de felicidad. Sin embargo, no podemos estar recreando todo el tiempo esos momentos y la añoranza por ellos. Ya pasaron, nos dieron alegría y debemos estar agradecidos por ellos. Vivir con nostalgia, no nos permite vivir el presente. La vida se compone de distintas etapas y en la medida que cada una va pasando, le da el paso a la siguiente. Quedarnos anclados al pasado, a una etapa o momento en particular no nos hace bien. Que el pasado nos inspire para hacer de nuestro presente algo especial y relevante. De hecho, si nos ponemos a reflexionar, ya no somos los mismos del pasado. Hemos cambiado. Que atesoremos eso lindo que se quedó grabado en nuestra memoria, pero decidamos siempre avanzar.

Muchas gracias por leer este post! Si te gustó o sientes que te sirvió para reflexionar, déjame un clap👏🏼 Y te invito a que me sigas por aquí o por Instagram en @lilicitus_blog, para que te enteres de las próximas publicaciones. Hasta la próxima!

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Written by Lilicitus

Me apasiona escribir sobre valores humanos y espiritualidad. A través de reflexiones y anécdotas, busco inspirar, aportar perspectivas y conectar con el corazón

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