Todo suma, incluso lo que resta. Nos encantaría que todas las experiencias que tuviéramos fueran lindas, positivas y memorables. Sin embargo, no todo lo que nos pasa termina siendo la experiencia “perfecta” que esperábamos. Pasa con las personas que conocemos, las relaciones y los trabajos: Tenemos una idea o expectativa de cómo puedan ser y terminan siendo lo contrario. Nos sentimos desanimados y hasta frustrados. Ese trabajo engorroso, esa persona conflictiva, esa situación difícil que no esperábamos, nos pone a prueba. Nos sentimos en jaque. Pero aunque aparentemente estas situaciones “resten”, nos muestran y nos hacen conscientes de lo que no queremos para nuestra vida y pasan a sumarnos como un gran aprendizaje. También prueban nuestro aguante, nuestra capacidad de adaptación, nuestra flexibilidad y nuestro carácter. Así que de alguna manera al final, todo termina sumando.
Todas las decisiones suman. Tanto las que consideramos pequeñas, como las grandes. Salirnos de nuestra zona de confort, explorarnos creativamente, confrontar nuestras “malas” reacciones, por mencionar un par de ejemplos. Todo lo que contribuya a conocernos y a avanzar, a sentirnos saludables y más livianos de carga en nuestro viaje. Muchas veces no encontramos sentido en nuestra historia de vida y nuestras experiencias, pero al final todo termina conectándose y recobrando su significado. Es un camino personal que cada uno va recorriendo. Cada cosa en nuestra vida ha sumado: Lo que hemos estudiado, los trabajos que hemos tenido, las personas que hemos conocido e incluso las tristezas que hemos pasado. Solo con el tiempo vemos en perspectiva y con sabiduría que todo ha tenido un para qué en nuestra vida.
Le quitamos el valor a las cosas que pensamos nos restan. Haber estado en trabajos en los que sentíamos que no crecíamos, porque tal vez no nos proyectamos laboralmente como esperábamos, pero que sí nos permitieron descubrir cosas desconocidas de nosotros: Un gusto artístico, una habilidad comercial, etc. O tal vez conocimos en ese trabajo no tan chévere, a personas maravillosas de quienes aprendimos mucho y de quienes nos hicimos amigos. Otro ejemplo puede ser cuando participamos de conversaciones que sentimos no nos agregan valor, que estamos perdiendo el tiempo. Esa insatisfacción también nos está dando información sobre nosotros. Nos traza un camino acerca de lo que sí queremos. Cuando nos abrimos a posibilidades, comienzan a abrirse puertas y viene la claridad de que todo lo que nos pasa suma, incluso lo que pensamos nos resta.
Muchas gracias por leer este post! Si te gustó o sientes que te sirvió para reflexionar, déjame un clap👏🏼 Y te invito a que me sigas por aquí o por Instagram en @lilicitus_blog, para que te enteres de las próximas publicaciones. Hasta la próxima!
Bendiciones para ti! 🙏🏻