Nos la pasamos viendo el jardín del vecino. Nos desenfocamos de vivir nuestra propia vida, por estar pendientes de la de los demás. Tenemos esa errónea creencia de que los demás tienen una mejor vida que la nuestra. Y nos la pasamos con la mirada desviada, cayendo por momentos en la trampa de la comparación. Que nos fijemos en la vida de los demás para aprender e inspirarnos, y no para frustrarnos. Que sean una referencia positiva para continuar llevando adelante nuestros proyectos. No estamos en una carrera ni una competencia con nadie, estamos labrando nuestro camino de la mejor forma que podemos con lo que tenemos.
Todo a su tiempo. Por más grande que sea el deseo, por más apurados o ansiosos que estemos de lograr algo, todo llega a su debido tiempo. Cada uno conoce los esfuerzos que realiza para lograr alcanzar los objetivos que se ha propuesto, sabe la espera que ha tenido que sobrellevar. Cada uno sabe las “duras y las maduras” que ha tenido que pasar. Todos hemos pasado por momentos de desánimo, impaciencia, frustración. Todo llega a su tiempo: El trabajo anhelado, la persona especial, el viaje mil veces aplazado.. Absolutamente todo llega.
Enfoque. La claridad nos da enfoque. Es muy importante que sepamos qué queremos. A veces puede que no lo tengamos tan claramente definido, pero es un trabajo interno permanente que va dando sus frutos. Explorando nuestros gustos, talentos, habilidades. Dándonos la posibilidad de probar. Muchas veces encontramos caminos que ni nos hubiésemos imaginado, y resultan ser los que la vida nos ha deparado. Si bien es una búsqueda constante la que todos llevamos, si debemos tener claridad y enfoque en lo que queremos. Nos ayuda a mantener un norte, a trazar un plan y lo más importante, nos empuja a actuar.
Disfrutar lo que nos toca. Cada etapa de la vida tiene su sal. A veces estamos como el parabrisas remitiéndonos al pasado o pensando en el futuro, y dejamos de vivir el hoy que la vida nos regala. Por lo general insatisfechos, nunca conformes. ¿Y si nos programáramos para simplemente disfrutar lo que estamos viviendo hoy? Sin tanto pereque y con una actitud de agradecimiento. No es conformismo, sino capacidad de disfrute. De ver el lado bueno, disfrutarlo y sacar el mejor provecho. Entendiendo que cada momento tiene su magia, que cada etapa es única y que nuestros caprichos no tienen por qué quitarle el valor a lo que nos corresponde vivir. Al final todo tiene un para qué.
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